CARLOS GARDEL "AQUELLA CANTINA DE LA RIBERA" 91 (tango) 30-11-1926



Brillando en las noches del puerto, desierto
como un viejo faro, la cantina está
llamando a las almas que no tienen puerto
porque han olvidado las rutas del mar.

Como el mar, el humo de nieblas la viste
y envuelta en la gama doliente del gris
parece una tela muy rara y muy triste
que hubiera pintado Quinquela Martín.

Rubias mujeres de ojos de estepa (s),
lobos noruegos de piel azul,
negros grumetes de la Jamaica,
hombres de cobre de Singapur.

Todas las pobres barcas  sin rumbo
                                                         que hacia las playas arroja el mar,                                                
bajo  los cuatro vientos del mundo
y en la tormenta de una jazz-band.

Pero hay en las noches de aquella cantina
como un pincelazo de azul en el gris,
la alegre figura de una ragazzina
más brava y ardiente que el ron y que el gin.

Más brava cien veces que el mar y que el viento,
porque en toda ella como un fuego son
el vino de Capri y el sol de Sorrento
que quema en sus ojos y embriaga en su voz.

Cuando al doliente compás de un tango
la ragazzina suele cantar,
sacude el alma de la cantina 
como una torva racha del mar.

Y es porque saben aquellos lobos 
que hay en el fondo de su canción
todo el peligro de las borrascas 
para la nave del corazón.

Brillando en las noches del puerto, desierto
como un viejo faro, la cantina está
llamando a las almas que no tienen puerto
porque han olvidado las rutas del mar.

 Grabación de 30 de noviembre de 1926, con las guitarras de Ricardo y Barbieri.
Letra: José González  Castillo
Música: Cátulo Castillo







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